Durante la madrugada del viernes 13 de junio, Israel ejecutó una serie de ataques aéreos contra Irán, denominados “Operación León Ascendente”. Estos ataques tuvieron como objetivo instalaciones nucleares, militares y viviendas de altos funcionarios iraníes. Según fuentes oficiales, el ataque resultó en la muerte de al menos 20 líderes militares iraníes, incluyendo al general Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica. Además, se reportaron explosiones en Teherán y otras ciudades iraníes

El gobierno israelí justificó la ofensiva como una medida preventiva para desmantelar las capacidades nucleares y militares de Irán, citando amenazas inminentes. Por su parte, Irán condenó el ataque y prometió represalias. El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó su preocupación por la escalada, mientras que el presidente estadounidense, Joe Biden, instó a la moderación y al diálogo para evitar una mayor intensificación del conflicto .

Este ataque marca un punto crítico en la prolongada tensión entre ambos países, que ha incluido intercambios de misiles y ciberataques en los últimos meses. La comunidad internacional sigue de cerca los desarrollos, temiendo que este episodio pueda desencadenar una guerra a gran escala en la región.