Más de 600 mujeres participaron este domingo en la tradicional Carrera de la Tortilla, una celebración ancestral que también se ha convertido en un acto de resistencia cultural frente al avance del maíz transgénico en México. La competencia, en la que mujeres de todas las edades corren con canastos llenos de tortillas sobre la cabeza, rinde homenaje a quienes preservan la elaboración tradicional de este alimento básico y defienden el cultivo de maíz nativo.

Angelina Acevez Zamora, organizadora del evento, explicó que esta carrera no solo honra a las tortilleras y campesinos locales, sino que también busca visibilizar los riesgos del uso de granos modificados genéticamente, los cuales pueden contener altos niveles de químicos o haber sido manipulados para acelerar su maduración. “Las madres enseñan a sus hijas a distinguir qué maíz es bueno, cuál se quiebra al cocerlo, y cuál sirve para hacer una buena tortilla”, explicó Acevez.

La tradición cobra un nuevo significado en el contexto de la disputa comercial entre México y Estados Unidos por la prohibición del maíz transgénico. Aunque en febrero de este año el gobierno mexicano eliminó la restricción a su importación tras un fallo del panel del T-MEC, la presidenta Claudia Sheinbaum firmó recientemente un decreto constitucional que prohíbe su cultivo, reconociendo al maíz nativo como un elemento de identidad nacional. Mientras tanto, en comunidades como Coapan, donde el 80 % de las mujeres se dedican a la elaboración artesanal de tortillas, se reafirma el compromiso con la soberanía alimentaria y la preservación de las tradiciones.