
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un arancel del 100 por ciento a todos los chips extranjeros como parte de una estrategia para fortalecer la industria tecnológica nacional. La medida excluye únicamente a los semiconductores fabricados dentro del país.
Esta decisión ha generado preocupación en el mercado global, ya que impacta directamente en empresas tecnológicas que dependen de cadenas de suministro internacionales. Uno de los casos más notables es el de Apple, que ya contempla realizar inversiones multimillonarias para mantener operativa su producción.
Expertos advierten que esta política podría aumentar los costos de tecnología para consumidores y ralentizar la innovación. Además, se anticipa una serie de reacciones diplomáticas y comerciales por parte de otros países afectados por esta medida.