Habitantes y recolectores de San Miguel Canoa han expresado su preocupación por la posible pérdida de fauna y los impactos ambientales derivados de los trabajos para el Ecoparque Tlalli-Malinche. Señalan que la tala y movimiento de tierra podrían afectar la recolección de hongos y plantas silvestres, así como el abasto de agua, actividades que representan una fuente importante de sustento para la comunidad.

El gobierno estatal asegura que el proyecto busca combatir la tala clandestina, fomentar la educación ambiental y promover actividades deportivas y recreativas dentro del Parque Nacional La Malinche. Sin embargo, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) aún no ha sido aprobada por la SEMARNAT.

Las comunidades indígenas cercanas han solicitado la realización de una consulta pública antes de la ejecución del proyecto, con el fin de garantizar que no se afecte el ecosistema ni los recursos naturales de la región.