El precio del tomate en México experimentó una disminución promedio del 28%, mientras que en Estados Unidos aumentó hasta un 40% debido a la imposición de aranceles antidumping. Esta disparidad de precios se debe a una mayor oferta en México tras la reducción de exportaciones hacia el vecino país.

El Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados reportó que, en la primera semana de agosto, el kilo de tomate saladette en la Ciudad de México se vendió en un rango de entre 7.60 y 12.50 pesos al mayoreo, mientras que en el mismo periodo del año anterior llegó a costar hasta 32 pesos por kilo.

Esta diferencia de precios ha generado un impacto en los consumidores estadounidenses, quienes enfrentan costos más altos por el tomate fresco debido a los aranceles impuestos a las exportaciones mexicanas. La situación refleja las complejidades del comercio internacional y sus efectos en los mercados locales.